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mayo 19, 2013

 
 Con la victoria arrasadora de Nadal en Roma,
 el español consolida un retorno demoledor tras casi 6 meses de ausencia, 
 librándose así de las dudas sobre sus rodillas.


Solo Nadal sabía del sacrificio y las necesidades de su cuerpo. Él mismo tuvo que tomar las decisiones más difíciles cada vez que se vio obligado a abandonar las canchas para recuperarse de sus lesiones. 
En esta ocasión la lesión de meniscos se sumó a a la larga lista de abandonos, alejándolo de las pistas por el perioso más largo que ha conocido en us carrera.

Pero tanto a él como al público le asaltaba las mismas incertidumbres sobre su recuperación. ¿Podría resolver por fin una situación crónica de su salud? ¿Tendría que vivir con ella eternamente? ¿Podría jugar con ella? ¿Volvería a estar en su plena forma?

Todas las preguntas se abrían para el retorno de Nadal a las canchas este año. Y en 4 meses (menos tiempo del que tuvo que alejarse de las canchas) el manacor supo dejarlas todas atrás.

Inteligentemente escogió marcar el regreso a las cachas en la superficie lenta y donde mejor juega: el polvo de ladrillo. Con resultados prometedores y un par de trofeos en torneos de menos envergadura, se presentó a una de los sondeos más desafiantes para su físico, la superficie dura de cancha rápida en Indian Wells. Y fue prueba superada para Nadal.

Con el título bajo el brazo del quinto Grand Slam, y con victorias sobre Federer, Berdych y Del Potro, Nadal llegó con mucha confianza e ilusión a la temporada de arcilla. No pudo en Montecarlo donde se quedó en segundo lugar, pero si en Barcelona y desde ahí Madrid y Roma, fueron todas coronas para el español.

En lo que va del año Rafa ha participado en 8 torneos, dos ATP250, dos ATP500 y cuatro Masters1000; y de ellos se ha llevato el trofeo en seis oportunidades, quedando finalista en los dos restantes torneos, completando así 37 partidos ganados de 39 jugados.
No podía llegar en mejor momento Roland Garros para el español. Con 9 victorias ante los Top10, solo Djokovic, actual número uno, ha impedido su carrera en los Masters 1000 de Montecarlo. Y probablemente sea el oponente más difícil con el que podría encontrarse con Rafa en las últimas rondas del Grand Slam parisino.

Por ahora Nadal parece que se ha librado de las cadenas de las incertidumbres que traían sus lesiones, y esta desatado, listo para probarse y volver a la cima.


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