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enero 19, 2016



La caída de Nadal, lejos de condenar el resto del año y su carrera, 
le obliga a pensar si valió la pena el cambio.

Una derrota dura e inesperada, pero tan difícil como la prueba a la que se enfrentaba. Verdasco su rival se encontraba en un escenario bastante conocido, ya que ambos reeditaban la semifinal de 2009 del Australian Open. Cinco sets y más de cinco horas de un duelo que apenas termino inclinando la balanza, por muy poco (6-7, 6-4, 7-6, 6-7, 6-4) a favor de Nadal.

La batalla y sobretodo el margen quedó grabado en la mente de Verdasco: “La vi por lo menos 10 veces. Vienen a decirme todo el tiempo lo bueno que estuvo ese partido de hace siete años. Incluso antes del partido en el hotel me lo recordaron, ¿no jugué ningún torneo más de allí en más?”, dijo durante la previa del encuentro de ayer.

Y pese a que el historial de enfrentamientos previos no beneficiaba a Verdasco (14-2 a favor de Rafa), Fernando se quedó con la victoria en dos de sus tres últimos enfrentamientos con Nadal uno de ellos justo el año pasado en esta superficie.

Así el duelo de ayer tenía un sabor a deja-vu, no solo porque se apreciaba de nuevo el duelo personal de dientes y uñas de Verdasco, sino porque además, volvió a tener un día de inspiración con grandes golpes y rallies magníficos en una batalla a cinco sets, casi de 5 horas. Hasta ahora, todo como aquella semifinal del 2009.

La diferencia sin embargo vino por cuenta de Nadal, en vez de la estrategia agresividad que anunció que adoptaría, se mostró pasivo cuando más necesitaba atacar a Verdasco para llevarse el partido en el cuarto set 6-5 y 0/30. Le permitió al rival recuperarse y quedarse con la victoria por 7-6, 4-6, 3-6, 7-6 y 6-2.

Entre la recuperación física y el rescate de la confianza, Nadal quiso hacer de más, agregó una nueva estrategia a su juego que le costó poner en práctica. “Yo no he sido lo suficiente agresivo con mi derecha en todo el partido. Estoy entrenando más dentro de la pista, pero lo que no puedo hacer es quedarme a medio camino entre lo ofensivo y lo defensivo”, afirmó Rafa.
Los números dejan ver que fue Verdasco quien realmente adoptó de lleno la agresividad, 90 tiros ganadores y 91 errores no forzados, él arriesgó y ganó, mientras que Nadal no supo usar la potencia que lo caracteriza para atacar, Rafa no se atrevió a arriesgar.

Una dura derrota para el número cinco del mundo, e inesperada cuando justo mostraba signos de mejoría a finales del 2015. Lo cierto es que Grand Slam seguirán siendo su prueba de fuego ya que sigue pendiente por revertir una mala racha en los Grand Slam en los que no ha podido pasar de cuartos de final desde Roland Garros 2014

Adoptar una nueva estrategia de juego cuando recién ha retomado su potencia física y cuando había logrado asumir de nuevo su confianza, parece agregar una pata de más, que le costó caro en el primer Grand Slam del año.
"Hoy en Australia no fue mi día. Avancemos. Eso es lo único que queda.", sentenció Nadal quien deberá avanzar aprendiendo a caminar con esa pata de más.


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